QUIÉNES SOMOS

Quienes estamos detrás de esta humilde web formamos parte de Ecologistas Indignadas y grupos ecologistas radicales y plataformas de lucha contra las acometidas destructivas del capitalismo verde empeñado en una “transición energética” suicida.

En un momento en el que el ecologismo y todo lo “verde” está de moda, el control de los grandes grupos ecologistas es el último objetivo de la maquinaria de control y domesticación ideológica por parte del nuevo capitalismo en su lucha por afianzarse frente al viejo capitalismo fósil, en lenta retirada.

No nos resignamos a ser engullidos y “morir de éxito” como los grandes grupos ecologistas norteamericanos o el triste fin de los Verdes alemanes. Pensamos, al contrario, que, si alguna función puede cumplir el movimiento ecologista en estos momentos de emergencia y extralimitación, es el de denunciar la huida hacia adelante del crecimiento indefinido del capitalismo en todos sus disfraces, y exigir que se tire del freno de mano siguiendo aquella metáfora de Walter Benjamin citada por Michael Löwy: «Marx había dicho que las revoluciones son la locomotora de la historia mundial. Pero tal vez las cosas se presenten de manera completamente diferente. Es posible que las revoluciones sean, para la humanidad que viaja en ese tren, el acto de accionar los frenos de emergencia». Estamos convencidos de que nuestro tiempo, ahora, es el de echar el freno antes de que el tren reviente al final del precipicio.

Por todo ello, nuestros términos de referencia serán palabras que resultan tabú para todos los pregoneros del desastre disfrazado de crecimiento: decrecimiento,, justicia climática, solidaridad, austeridad, ciudadanía, cuidados, solidaridad, comunidad, socialización, compasión,...


Sobre el nombre Ecología Extramuros

El uso del concepto extramuros y su su opuesto intramuros es una metáfora que le debemos en buena parte a Jorge Riechmann, quien la utiliza en un sentido ético muy amplio para designar “todo lo que bulle de vida más allá del marco de la “polis”, de la “ciudad humana”.
“Haría falta un gran trabajo de desmitificación: entrarle de verdad al mito del Progreso (y el Desarrollo), al mito de la Meritocracia, al mito de la Neutralidad de la Técnica… Y sobre todo: demoler el mito del exencionalismo humano que nos presenta como individuos separados de la naturaleza y exentos de cumplir con sus leyes básicas. Padecemos dificultades extremas para captar lo que significa el metabolismo ecosocial, situándonos “extramuros” de la ciudad humana. Para la inmensa mayoría “todo queda en casa”, intramuros de la ciudad. Por ejemplo: “que paguen los ricos”, reza la popularísima consigna. Sólo que en el capitalismo fosilista casi todos somos ricos: con una riqueza energética proporcionada por los combustibles fósiles que otras fuentes de energía no podrán sustituir. E incapaces de asumir esa realidad, persiguiendo quimeras de crecimiento y prosperidad, devastamos la biosfera (es decir, destruimos nuestra propia casa). Es la consideración intramuros/ extramuros la que está en juego aquí.”
Jorge Riechmann (2020), “Necesitamos pensamiento extramuros”en revista “Tiempos de Paz”, nº 139, pg. 28-29

Pero también queremos referirnos con “extramuros” a todo lo que está al otro lado del sistema social y económico que cerca y ciega por completo nuestras vidas con los consistentes ladrillos de la ideología neoliberal. Es lo que expresa muy bien la famosa frase “es más fácil imaginar un fin al mundo que un fin al capitalismo”, atribuida tanto a Fredric Jameson como a Slavoj Žižek.

Y, sin embargo, el capitalismo, con su impresionante capacidad para convertir todo, absolutamente todo, en mercancía, nos lleva en forma de aceleración exponencial a un precipicio que está más próximo de lo que muchos creen.

El capitalismo ha conseguido darle la vuelta a aquel proverbio alemán que recordaba Henry Pirenne y decía que «El aire de la ciudad hace libre», señalando cómo la ciudad medieval protegía con sus gruesas murallas a campesinos y prófugos del acoso de los señores feudales y la Iglesia. Ahora, con la persuasiva ayuda de los medios, las redes y la publicidad, el capitalismo ha consolidado otro cerco, una gruesa muralla en el horizonte de deseo de las mentes de la mayor parte de los ciudadanos del planeta, construida con mercancías y consumo.

En este contexto asfixiante y sin alternativas creíbles para una población distraída y domesticada por la persuasión y el control, resulta fundamental dar la visibilidad de la posibilidad a las alternativas extramuros que ponen la vida y no la mercancía en el centro.

Mientras las últimas organizaciones ecologistas, ya solo retóricamente anticapitalistas, se ven progresivamente sometidas al control y domesticación por parte del capitalismo verde y las golosinas de sus “fundaciones filantrópicas”, necesitamos más que nunca un ecologismo extramuros, indómito y radical, que, desde la denuncia de los rotos y contradicciones del nuevo disfraz verde, abra huecos entre los ladrillos de la muralla para mostrarnos el aire puro de una nueva forma de desear que solo se encuentra extramuros de lo real existente.

Esta viñeta de El Roto expresa mejor que nadie esa necesidad:



Lo nuestro no será la cuestionable posición exquisita de los que miran los azares de la evolución política por encima del hombro, desde una supuesta pureza ideológica y con las manos limpias de barro.

Al contrario, creemos que la única estrategia que puede hacer posible el cambio urgente que necesitamos en el mundo de la extralimitación es una estrategia dual, la que diferencia la lucha en la calle de la lucha en las instituciones. El ecologismo radical no puede estar en ambos lugares. El suyo es la calle, fuera de las instituciones, para desde allí servir de faro de referencia, marcar caminos de cambio realmente liberador, y denunciar callejones sin salida que impidan avanzar hacia un horizonte de posibilidad.

Libres, tanto de las ataduras de supuestas fundaciones benéficas, y lejos de las mullidas alfombras del poder, queremos contribuir a lo que se nos reclama a todas y todos con urgencia: echar el freno cuanto antes para evitar o, al menos, aminorar los efectos del desastre que tenemos por delante.

Si quieres ponerte en contacto con nosotros:  extramuros@ecoindignadas.org

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